jueves, 7 de septiembre de 2017

La lectura que ayuda

Decimos y escribimos siempre que los textos, entre otras cosas,  son para leer porque sí. La lectura-de narrativa en general-, literaria o no,  no es utilitaria; no tiene por qué serlo como no lo es una pintura o una música o una escultura. Sin embargo, esto no quita que pueda sernos “útil” en el sentido menos material posible. Útil porque nos gratifica; porque nos libera; porque nos provoca empatía; porque moviliza zonas de nuestra subjetividad que necesitan ser, manifestarse, estar, salirse de…; porque nos acerca al conocimiento de lo que queramos o nos interese o no.

Las historias en primera persona con respecto al contacto de la gente con la lectura, como la de Mia Z de 18 años, siria, suelen mostrarnos con claridad y sin didactismo de por medio, que leer textos, literarios o no, puede ser sorprendente y recurrente a partir de descubrir que se convierte en una protección contra el afuera,  los dolores,  los conflictos porque permite/ exige aislarse y estar solo con uno y lo que el texto  ofrece. Esos contactos o acercamientos pueden generar que leer sea una especie de bálsamo para alivianar o sobrellevar realidades, a veces, terribles desde varias y distintas perspectivas.


(Fuente infobae)


Les dejamos aquí el enlace a las palabras que mediante infobae conocimos de Mia Z.: Los libros que ayudaron a una niña siria a soportar los horrores de la guerra.

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