jueves, 17 de abril de 2014

García Márquez y la memoria

Memoria, olvido, identidad, atraviesan la novela Cien años de soledad  como lo expresa este fragmento del capítulo 3 que introduce los efectos de la peste del insomnio.


«Si no volvemos a dormir, mejor -decía José Arcadio Buendía, de buen humor-. Así nos rendirá más la vida.» Pero la india les explicó que lo más temible de la enfermedad del insomnio no era la imposibilidad de dormir, pues el cuerpo no sentía consancio alguno, sino su inexorable evolución hacia una manifestación más crítica: el olvido. Quería decir que cuando el enfermo se acostumbraba a su estado de vigilia, empezaban a borrarse de su memoria los recuerdos de la infancia, luego el nombre y la noción de las cosas, y por último la identidad de las personas y aun la conciencia del propio ser, hasta hundirse en una especie de idiotez sin pasado.

 La obra de García Márquez ejemplifica la riqueza cultural de América Latina y su mirada acerca de la problemática continental, se expresó claramente en el discurso que dio al recibir el premio Nobel de Literatura en 1982.



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