martes, 5 de abril de 2016

La poesía y los chicos I: los romances





El texto en verso, por su métrica, por su rima, por su ritmo y musicalidad y su “fácil” manera de recordarse, está presente en la vida de los chicos desde siempre mediante la escucha que algún adulto le ofrece en forma de nanas o canciones de cuna; también a través de  juegos de palabras-retahilas-, o de adivinanzas que lo relacionan fuerte y agradablemente con el juego; a veces en forma de textos tradicionales cortos, en tono humorístico que aluden a protagonistas heroicos o no tanto de los que se sienten atraídos  y con los que se identifican.

Aunque creemos que ese tipo de textos son cotidianos para los chicos, tal vez debamos aceptar que no es tan así o, al menos, no en la cantidad y variedad que es esperable y deseable. Por esa razón, proponemos acercárselos en  la escuela, en los dos ciclos, para que los  conozcan o reconozcan, los  valoren como parte de la historia personal de cada uno, su historia, la emotiva que lo une a experiencias, sensaciones, sentimientos vividos y provocados por los sucesos vitales.

Hemos comentado en La poesía y nosotros I: los romances, que, esta forma poética, en general se transmitió a través de la tradición oral. Por eso, algunos se difundieron de una generación a otra como canciones populares, muchas orientadas a los niños. Esto explica que de un mismo poema haya variadas versiones. El siguiente romance es uno de los tantos que conforman el cancionero español.


Romance El señor don Gato, anónimo
Estaba el señor Don Gato
sentadito en su tejado
marramiau, miau, miau,
sentadito en su tejado.

Ha recibido una carta
por si quiere ser casado,
marramiau, miau, miau, miau,
por si quiere ser casado.

Con una gatita blanca
sobrina de un gato pardo,
marramiau, miau, miau, miau,
sobrina de un gato pardo.

El gato por ir a verla
se ha caído del tejado,
marramiau, miau, miau, miau,
se ha caído del tejado.

Se ha roto seis costillas
el espinazo y el rabo,
marramiau, miau, miau, miau,
el espinazo y el rabo.

Ya lo llevan a enterrar
por la calle del pescado,
marramiau, miau, miau, miau,
por la calle del pescado.

Al olor de las sardinas
el gato ha resucitado,
marramiau, miau, miau, miau,
el gato ha resucitado.

Por eso dice la gente
siete vidas tiene un gato,
marramiau, miau, miau, miau,
siete vidas tiene un gato.

Acompañamos con esta versión cantada pero sin música.

Y también proponemos esta versión interpretada por Rosa León





¿Alguien les recitó o cantó este romance? ¿Qué sentían al escucharlo? ¿Recuerdan algún otro romance recitado habitualmente?





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