lunes, 13 de abril de 2015

A la memoria de Eduardo Galeano, II



Tu manera de decir fue también tu manera de escribir; un arrastre suave de las palabras, precisas y justas, siempre con ternura por y para las "nadies", con un compromiso profundo por las cuestiones esencialmente humanas. Tu obra nos acompaña para atenuar la ausencia física y la tristeza de la pérdida de un afecto que pertenece por elección a nuestra vida.
Volvemos a leer Pájaros prohibidos para tener siempre presente que a  la censura la combatimos con imaginación. Ella nos hace libres, no la voluntad de quienes ...fueren
Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso,
silbar, sonreír, cantar, caminar rápido, ni saludar a otro preso.
Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres
embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso "por
tener ideas ideológicas", recibe un domingo la visita de su hija
Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los
censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.
Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los
árboles no están prohibidos y el dibujo pasa. Didaskó le elogia
la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen
en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las
ramas: 
- ¿Son naranjas?¿Qué frutos son? 
La niña lo hace callar:
-Ssshhhhh
 Y en secreto le explica: 
- Bobo, ¿no ves que son los
ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.

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