martes, 16 de febrero de 2016

Siento y luego, existo. Las emociones también van a la escuela

"Enojarse es fácil, pero enojarse en la magnitud adecuada, con la persona adecuada, en el momento adecuado eso es cosa de sabios" Aristóteles (384 a.C. - 322 a.C.), filósofo griego. Con esta frase inicia su artículo Edwin Oswaldo Flores Lazo sobre las emociones, los chicos-nuestros alumnos- y la importancia de empezar a considerarlas dentro de las instituciones escolares, a conocerlas para manejarlas y lidiar con ellas como el mismo autor dice e insiste.



“Aprender a manejar emociones y desarrollo de habilidades sociales está asociado inevitablemente a la reducción de los comportamientos antisociales, a la disminución de consumo de sustancias, mejora la autoimagen del individuo, mejora el rendimiento académico, la salud mental y por supuesto los comportamientos prosociales.”, comenta Flores Lazo con lo que nosotras acordamos. Creemos que las emociones conllevan energía; cuando las emociones son negativas generan energía negativa que entorpece no solo la vida social y escolar del sujeto-cada uno de nuestros alumnos-sino las relaciones interpersonales en el quehacer cotidiano dentro de las aulas con nosotros los docentes y con los demás niños, sus pares. En función de esto, los procesos de enseñanza y de aprendizaje no logran su desarrollo  de manera óptima.

Les dejamos el enlace a las palabras del autor citado para que sigamos leyendo sobre el tema y profundizando sobre él, reflexionando siempre en favor de una educación mejor para los chicos y, en definitiva, para todos:

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