viernes, 5 de junio de 2015

Desnaturalizar la violencia III: ¿Por las aulas cómo andamos?


Marcha 3 de junio de 2015- Fuente: Página 12
El miércoles 3 de junio hubo, en todo el país, una multitudinaria marcha al Congreso de la Nación  contra el femicidio y las diferentes formas de violencia de género. La consigna convocante fue " Ni una menos". Llamó la atención la unanimidad en la adhesión a la convocatoria, desde  familiares y víctimas de la violencia, pasando por ciudadanos solidarios, medios de comunicación, diversas instituciones, intelectuales, artistas,  políticos, organismos del Estado. Todos demandamos focalizar el problema y encontrar soluciones. ¿Quién se hará cargo de dar respuesta? Es evidente que el Estado-desde la legislación, las políticas concretas y la justicia- es responsable a la hora de buscar y andar un camino satisfactorio en este sentido.

Sin embargo, ¿qué podemos hacer como padres y, más concretamente, como educadores? Esta problemática interpela nuestras prácticas diarias en el aula. Fundamentamos el estudio de las Ciencias Sociales a partir de su poder de dar sentido, de establecer puentes entre la construcción de la identidad de cada sujeto y la realidad social. En el caso de las Prácticas del Lenguaje destacamos el poder que  tiene la palabra contextuada en la concreción de esos objetivos y en el ejercicio de una ciudadanía responsable y democrática.

 Nuestras prácticas en el aula, ¿van realmente en esa dirección? Un alumno en una clase de Historia en una escuela del conurbano bonaerense realizó el siguiente comentario  que resume la cuestión:
"¡Qué van a ser importantes las mujeres si en todo lo que vemos de historia no estudiamos a ninguna!" Esto evidencia que, muchas veces, creemos estar haciendo lo correcto pero los resultados de nuestro accionar van en sentido opuesto a las propuestas pedagógicas. ¿Qué podemos hacer en el aula para hacer visibles las situaciones de violencia y desigualdad? ¿Cómo dejar de reproducir, sin quererlo,  ese círculo vicioso?

Hay una serie de planteos que podríamos considerar:

  • ¿Tenemos en cuenta estas cuestiones en la selección de contenidos, en el diseño de estrategias y en la problematización de la realidad?
  • ¿Damos realmente lugar a la diversidad de voces y perspectivas al abordar las temáticas curriculares?
  • Las estrategias en el aula, ¿favorecen la reflexión sobre los conflictos y posibles caminos de superación de los mismos?
  • ¿Trabajamos los estereotipos y los prejuicios? ¿Somos cuidadosos de no construir nuevas maneras de discriminar?
  • ¿ Enfrentamos situaciones de acoso y maltrato o miramos para otro lado? ¿Compartimos nuestras dudas? ¿Pedimos ayuda?
  • ¿Cuál es el trato que damos a las criaturas, no importa su sexo? ¿Valoramos la diversidad?
  • ¿Favorecemos la distribución de la palabra? ¿Somos respetuosos de las opiniones de nuestros alumnos? ¿Respetar significa convalidar cualquier cosa?
  • Siendo docentes, ¿cómo nos posicionamos como hombres y mujeres?
  • ¿Hombres y mujeres estamos enfrentados?
  • ¿Utilizar en el discurso las palabras con su femenino y su masculino-a contramano de la normativa- sirve? ¿Puede ser señal de una moda y nada más? ¿Ir contra la normas-cualesquiera sean estas normas-es productivo?

Proponemos reflexionar sobre estas cuestiones y otras que surjan en la socialización con otros colegas. Sería interesante ponerlas en discusión en las escuelas, para ayudarnos entre todos a pensarlas. Esperamos sus comentarios.


Lecturas sobre cuestiones de género
Obligado, Clara.Mujeres a contracorriente
Mujeres a contracorriente- Artículo de crítica al libro
Silba, Malvina. Mujeres, jóvenes y bailanteras: son las de la “bombachita floja”?
Sinay, Sergio. La masculinidad tóxica (fragmento)
Denuncia de abusos en un club de rugby

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