La lluvia, el hogar, una infusión, ¿música?, y la lectura...de
cuentos fantásticos, donde la imaginación puede volar y no buscar explicaciones, solo aceptar y dejarse llevar
EL
CENTAURO INDECISO, Ema Wolf
Casi
llegando a Dolores yo vi un centauro. Estaba parado a cincuenta metros de la
ruta. Mitad hombre, mitad caballo. Mitad caballo, mitad hombre. El centauro
quería comer porque era pasada la hora de la merienda. A su derecha se extendía
un campo jugoso de alfalfa fresca. A su izquierda, un campo de choripán.
-
¿Qué cómo? -dijo- ¿Alfalfa o choripán? ¿Choripán o alfalfa?
Dudaba.
Y tanto dudó que se fue a dormir sin comer.
-
¿Dónde duermo? -dijo- ¿En una cama o en un establo? ¿En un establo o en una
cama?
Dudaba.
Y tanto dudó que se quedó sin dormir. Mucho tiempo sin comer y mucho tiempo sin
dormir, el centauro se enfermó.
- ¿A
quién llamo? -dijo- ¿Al médico o al veterinario? ¿Al veterinario o al médico?
Dudaba.
Y tanto dudó que se murió.
-
¿Dónde van los centauros cuando mueren?- me dije entonces yo.
Y
como no lo sé, agarré y lo resucité.
O la lectura de estos otros, breves, brevísimos textos
69(La sueñera),Ana María Shua
Despiértese, que es tarde, me grita desde la puerta un hombre extraño. Despiértese usted, que buena falta le hace, le contesto yo. Pero el muy obstinado me sigue soñando.
A primera vista, Poli Délano
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro.
Los esperamos para compartir sus comenatarios, si así lo desean