Uy, uy uy…¿Qué nos pasaría si un día viéramos en nuestra
taza un mar??? ¿Nos zambulliríamos? ¿No nos quedaríamos sin agua? O ¿esas aguas
son tan profundas que podría desaparecer?? ¿Aparecería en un mundo de…?
Me gusta, me gusta; yo también quiero saltar!!…,¿me dejarán hacerlo
con ellas???¿Cómo hago para que me miren? ¡¡Quiero que me inviten!!
Tengo sed, mucha, mucha. Voy a la cocina. Abro la canilla y entonces…salgo corriendo,
corriendo como puedo, me escondo detrás de la silla y… miro, observo, abro y
cierro los ojos varias veces para …NO PUEDO CREERLO!! Un nadador, y otro, y otro salen de...
No tengan miedo; no hemos enloquecido. Compartimos una propuesta. Imágenes visuales, algunas palabras nuestras, nos ayudan a movilizar a los chicos, a
generarles ideas, a traerles a la
memoria algunos conocimientos; que les ofrecen posibilidades de aportar
palabras, frases, preguntas, exclamaciones y, por sobre todo, algunas sensaciones/emociones
propias disimuladas en esa historia de la que, entre todos, puede surgir un
relato increíble.
Recordamos que estamos a cargo de alumnos que, algunas veces, no están
totalmente estimulados en todas sus capacidades. Muchas causas de diferente
tipo nos hacen entender su situación. Tal vez, como diría nuestro siempre
presente Jean Hébrard, nuestra primera actividad/estrategia sea hacerlos parte
de la cultura desde el lugar que tenemos junto a ellos. Por eso insistimos con
la lectura aun cuando seamos nosotros la voz que lleva los textos a los
chicos. Insistimos también con la escritura
aunque sea desde nuestra mano con el dictado conjunto, individual de cada
alumno. Por otra parte, sabemos que algunas de las cuestiones que abordamos en
el aula, en la vida, requieren nuestra imaginación. Y la imaginación es un proceso
que ayudado por la memoria le permite al sujeto usar información para reelaborarla,
transformarla y volver a usar, según necesidades. Si esto es así, razón de más
para transitar con los alumnos un camino de conocimientos válidos,
significativos que les sean útiles no solo en un momento o situación.
Cuando abordamos la expresión escrita u oral emotiva, estamos
tratando de que los chicos saquen de sí
lo que quieran manifestar, lo que está oculto y les hace daño, lo que no pueden
comunicar fácilmente, lo que necesitan manifestar. Sin embargo, muchas veces, esto puede ser una
tarea ardua para cada uno. Es difícil salirse de la realidad, soltarse y dar
cuenta de situaciones, personajes, acciones, sentimientos con los que se
relacionen, que los identifiquen, que les permita “decir/decirse”, mostrarse
sin sentirse expuesto a la mirada/escucha crítica del otro. Pensamos si hablando, preguntando, aportando
respuestas ingeniosas, completando sus ideas no podemos allanar un tanto el
camino de la oralidad y la escritura. Pensamos en imágenes visuales que les
sugieran…lo que fuere, que les permitan jugar, fantasear, inventar con las palabras que puedan, que irán surgiendo
en la medida que frecuentemos disparadores para este tema/contenido o para
otros.
Sugerencias que acaso sean de provecho para todos; para nosotros, porque nos sorprenderemos; para los alumnos, porque se sentirán creadores/autores. Nada mal,¿no?